SANAA. Los religiosos más importantes de las sectas de Yemen dieron un golpe encima de la mesa y presentaron al mundo su fatwa en la que llaman a la yihad en caso de invasión extranjera. Encabezados por el Abdul Majeed Al Zindani, al que Occidente califica de “padre espiritual de Al Qaeda”, y con el objetivo de “mostrar a los ciudadanos el camino a seguir en esta difícil situación”, explicaron uno por uno los puntos de un documento del que se imprimieron miles de copias en forma de carteles y pegatinas para distribuirlo a lo largo del país. No a la intervención militar extranjera, ni con soldados ni con aviones no tripulados, y no a la construcción de bases para las fuerzas internacionales son los dos puntos fundamentales de esta fatwa en la que se recurre a la guerra santa como solución final para “intentar evitar la muerte de miles de civiles inocentes como en Irak o Afganistán”.
Después de una semana de deliberación en la mezquita Al Mashab y pese a las presiones políticas, los religiosos volvieron a demostrar que funcionan como un estado dentro del propio estado. Rodeado por sus guardaespaldas personales, con estética de miembros del Hizbolá libanés, Al Zindani tomó la palabra ante la presencia de los 150 religiosos firmantes del edicto y cientos de alumnos venidos de las madrasas de la ciudad. Sin levantar la voz, este religioso de barba colorada y “con más poder de influencia que el presidente porque la gente cumplirá sus órdenes de forma ciega”, asegura un alto funcionario que pide mantener el anonimato, restó importancia a la presencia de Al Qaeda en Yemen y calificó el edicto de “una respuesta a la preocupación de los ciudadanos. Necesitaban un camino a seguir y aquí lo tienen. Si llegan los americanos la yihad es una obligación de los musulmanes”.
Veinticuatro horas después de que el ministro de Exteriores, Abu Bakr al-Qirbi, asegurara que “el desarrollo del país depende de la Conferencia de Londres”, en la que se abordarán los problemas de Yemen para intentar mejorar la lucha contra el fundamentalismo, Al Zindani llamó al boicot de una cumbre prevista para el próximo día 27. “¿Quién es un país que fue colonizador de Yemen durante muchos años para resolver ahora nuestros problemas internos? Dicen que somos un estado fallido, pero lo único que buscan son los recursos petrolíferos del sur”, sentenció el clérigo ante los gritos y aplausos de apoyo de los presentes.
Mientras los clérigos hablaban, en la retaguardia sus ayudantes hacían montones con las miles de copias de la fatwa listas para su distribución. “Tiene que llegar hasta el último rincón de Yemen”, repetía Jamal Al Kaladin, Director de Estudios de la madrasa salafista Dawa, mientras se abrazaba a otros “hermanos” impacientes por hacerse con el documento impreso a color. Araf Asabri, parlamentario del partido islamista Islah, fue el encargado de cerrar el acto con la lectura detallada de cada punto de un edicto religioso que ya es ley para los yemeníes.