RESACA DE LA PRIMAVERA ÁRABE

La “primavera árabe” que azotó el mundo árabe en 2011 llegó también a Yemen y tras diez meses de revuelta interna el país árabe más pobre logró echar a su dictador, Alí Abdula Saleh, que llevaba 30 años en el poder, a través de un plebiscito en febrero de 2012. Su lugar lo ocupó su número dos, Abd-Rabbu Mansour Hadi, que ha intentado liderar una transición en la que Saleh y sus allegados han permanecido en la sombra defendiendo sus intereses.

GUERRA SECTARIA

Un estado tradicionalmente frágil por la dificultad de Saná para controlar las remotas zonas tribales y las ansias secesionistas al sur, se encuentra ahora con un conflicto sectario abierto entre la minoría zaydí (confesión derivada del chiismo) y la mayoría suní, a la que pertenecen los dos tercios de los 24 millones de yemeníes. Un esquema que se produce a lo largo de toda la región con la parte chií apoyada por Irán y la suní por Arabia Saudí, convirtiendo al país de turno en un tablero en el que las dos grandes potencias ajustan cuentas.

GOLPE DE LOS HUTÍES

Los hutíes (la milicia de los zaidíes) ha pasado de combatir al estado central (6 guerras) en el norte de país a tomar el poder en Saná y controlar otras siete provincias. El grupo formó parte de la gran mesa de diálogo nacional abierta tras la caída de Saleh y firmó el acuerdo de paz, pero en septiembre dejó la vía política y desplegó sus tropas en la capital en un movimiento que llamaron “revolución”, pero que opositores y países vecinos como los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, formado por Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Catar) califican de “golpe de estado”. Estos países acusan al ex presidente Saleh de apoyar el golpe.

AL QAEDA

Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA, brazo de Al Qaeda surgido tras la fusión de las ramas de Arabia Saudí y Yemen) ha encontrado en las provincias del interior de Yemen un santuario similar al que ofrece la frontera “Af-Pak” donde se encontraba Osama Bin Laden y donde se sitúa al actual número uno del grupo Ayman Al Zawahiri. El país engendra desde hace tres décadas a la bestia del integrismo islámico en lo más profundo de sus entrañas, acogida en valles y desiertos alejados de un poder central incapaz de suplir las leyes tribales que imperan en las provincias. Estados Unidos ha tratado de combatirlo a través de aviones no tripulados.

ESTADO ISLÁMICO

En medio del caos provocado por el golpe de los hutíes el grupo yihadista Estado Islámico (EI) irrumpió en la escena yemení después de que una rama de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) jurara lealtad al califa Abu Baker Al Bagdadi en la provincia de Dhamar, formando el primer núcleo del EI en suelo yemení. De confirmarse la autoría, la matanza de las mezquitas ha podido ser su tarjeta de presentación.