DAMASCO. Najdat Anzour vive en la planta baja de un edificio y rodeado de medidas guardias de seguridad. “Ahora llevo aún más protección cuando viajo al extranjero, esta película no ha sentado nada bien”, bromea el director sirio más famoso del país que tras arrasar en los últimos años con sus series para televisión ha dado el salto a la gran pantalla con ‘El rey de la arena’. Rodada en inglés para burlar la censura del mundo árabe y con el italiano Fabio Testi como protagonistas principal en el papel del rey Abdulaziz Ben AbdulRahman Ben Faisal Al Saud, Anzour ha cruzado la línea roja y señalado directamente a Arabia Saudí como la cuna del terrorismo islamista. “El radicalismo nació allí de la mano del wahabismo y ahora, además de ideas, cuentan con dinero para financiar sus acciones con lo que son mucho más peligrosos”, señala Anzour, quien asegura haber invertido en la cinta 12 millones de dólares, toda su fortuna personal. El reino saudí ha intentado comprar los derechos “para luego destruir la película y que nadie la pueda ver, pero es innegociable”, asegura. Basada en los libros del espía británico y asesor del Ben Faisal, Jack Philby, interpretado por el también británico Bill Fellows, la película narra la reconquista de Riad y la posterior coronación de Ben Faisal como primer rey de la dinastía saudí.

Anzour junto al cartel de la película. (M.A)

 ‘El rey de la arena’ es el último acercamiento al mundo de terrorismo de un director que antes ya había tocado en sus series los ataques del 11S o Londres y que piensa que “para los sirios es ahora también de gran actualidad porque después de ver este fenómeno en países vecinos por primera vez lo sufrimos de manera directa”. La crisis política en el país ha pasado factura al sector audiovisual y los árabes ya no compran producciones sirias dentro de la política de castigo impulsada por la Liga Árabe. Mientras que Egipto es el Hollywood del cine en árabe, Siria era el epicentro de las series televisivas que arrasan cada ramadán en estos países. Pero la revuelta contra Assad ha empujado a la mayor parte de actores y directores al exilio y ahora apenas hay diez series en marcha, cuando antes de la guerra la media era de cuarenta por año.

Anzour compagina la promoción de la película, que se estrenará próximamente en Londres, con la grabación de una nueva serie, esta vez sobre el conflicto interno en su país. “Soy como un soldado, pero mi fusil es la cámara. La cuestión no es ahora la continuidad o no de Bashar, está en juego el futuro de Siria y para ello la coexistencia entre sectas es primordial”, opina este director que asegura ser “el único al que el presidente visita en los rodajes. Es un gran amante de la fotografía y ha venido en más de media docena de ocasiones porque le gustan los exteriores que elijo”. Su foto con Bashar preside un salón desordenado y poco iluminado con una gran pantalla de plasma con el canal Fox News sintonizado. En unos días saldrá para Londres y desde allí espera que la siguiente escala sea Nueva York, su sueño es proyectar ‘El rey de la arena’ en la Zona Cero.