EL CAIRO. Todo está preparado en Egipto para dos días de referéndum en el que los ciudadanos votan una nueva Constitución. Los colegios abren sus puertas de 9 de la mañana a 9 de la noche y 53 millones de personas tendrán que decir sí o no esta carta magna de 247 artículos. Esta es la primera gran etapa de la hoja de ruta impuesta por los militares tras el golpe de estado del verano que acabó con la presidencia de Mohamed Mursi.

Las calles de todo el país están empapeladas de carteles pidiendo el sí y los medios de información se han volcado con el nuevo texto. No hay espacio para el no, las voces críticas han sido silenciadas y políticos y activistas de la oposición han sido detenidos por mostrar su rechazo a la constitución. En la sede del grupo ‘6 de Abril’ seguirán la jornada a través de los medios porque “pedimos abiertamente el boicot al proceso y sólo por eso ya te pueden detener, es como volver a los tiempos de Mubarak, lamentablemente el país va directo al pasado”, piensa Sharif Al Rubi, responsable de las relaciones políticas de la organización.

Sharif Al Rubi, miembro del ‘6 de Abril’. (M.A)

Los Hermanos Musulmanes también boicotean esta cita con las urnas porque no quieren dar legitimidad a la hoja de ruta del golpe y califican la Carta Magna de “sangrienta” porque se aprobará tras la muerte de cientos de manifestantes. La hermandad asegura que sus seguidores saldrán a las calles a protestar, pero el  despliegue policial y militar de más de 160.000 hombres hará muy complicado que puedan causar problemas durante las próximas 48 horas de votación.