Los talibanes imponen su ley en la provincia afgana de Ghazni, al sur de Kabul. Ante la insistencia de las autoridades de prohibir la circulación de las motocicletas que no lleven matrícula han respondido cerrando por la fuerza las escuelas de los distritos de Andar y Deh Yak, recoge la agencia Bokhdi. Desde hace tres meses las autoridades locales mantienen una lucha contra las motos sin placa y ya han requisado más de cuatrocientas. Los responsables policiales argumentan que es el medio más común de transporte que usan los insurgentes y por eso insisten en la importancia que tiene para la seguridad tener todas las motocicletas bajo control.
Ghazni es una de las provincias donde la autoridad de Kabul apenas sobrepasa los límites de las capitales de distrito y los talibanes gobiernan con una administración paralela a la sombra. La escolarización es uno de los grandes éxitos de la comunidad internacional en el país asiático, pero el auge talibán en buena parte del mapa afgano pone en peligro este avance del que se han beneficiado especialmente las niñas, que durante la dictadura fundamentalista se vieron privadas de la educación. Antes de informar sobre el cierre de los centros escolares de Ghazni, el ministerio de Educación denunció el lunes el envenenamiento de un centenar de niñas en el norte del país. Las alumnas tomaron agua contaminada en una escuela de educación secundaria, informaron los responsables del centro, que culparon a los conservadores radicales que se oponen a la educación femenina.