DAMASCO. A menos de una hora en coche desde Damasco régimen y oposición siguen combatiendo por el control de Qusair. La batalla empezó hace casi una semana y, de momento, los rebeldes resisten el empuje de ejército, paramilitares y milicianos de Hizbola que tratan de hacerse con este enclave estratégico situado en plena frontera libanesa. Qusair es clave para el suministro de armas y la entrada y salida segura de siria de los hombres de los grupos armados de la oposición.

Este es el frente activo más importante en estos momentos en un país donde los ciudadanos miran con esperanza la conferencia de paz que preparan rusos y estadounidenses. La gente está cansada después de más de dos años de conflicto y quiere un alto el fuego que  devuelva cierta normalidad a sus vidas. La diplomacia internacional ultima los preparativos para esta cumbre que se celebrará en Ginebra en la que el futuro de Bashar Al Assad es uno de los caballos de batalla. Moaz Al Jatib, líder de la oposición externa que esta semana se ha reunido en Madrid, da 20 días al presidente para que deje el poder, a cambio le ofrece una salida segura.

La oposición nacional también trabaja en esta cumbre bautizada como ‘Ginebra II’, pero a diferencia de los sirios en el exterior, contemplan la posibilidad de que Assad siga en su puesto durante una fase de transición, aunque después de haber transferido sus poderes a un nuevo Gobierno de unidad nacional. La prioridad absoluta es el alto el fuego y el segundo paso será comenzar la reconstrucción de un país destrozado.