DAMASCO. Dos semanas. Este es el plazo medio que las agencias de viajes dan a los clientes que quieren comprar un billete para volar desde el aeropuerto internacional de Damasco. Después de 19 meses de conflicto las compañías internacionales han ido cortando sus conexiones de forma progresiva con Siria y ahora las únicas que operan son Egyptair, Emirates y su filial de bajo coste Flydubai. Los movimientos de la compañía nacional, Syrian Arab Airlines, se han visto afectados por el bloqueo internacional y ahora apenas puede volar a contados países árabes. “Hay menos oferta y los precios se han duplicado, volar desde Damasco se ha convertido en un lujo y por eso la mayoría opta por hacerlo desde Beirut”, comentan en una conocida agencia del centro de la capital.

De momento las carreteras que unen la capital con Líbano y Jordania están bajo control de las fuerzas de seguridad y miles de personas abandonan cada día el país por tierra, esas son también las principales rutas de abastecimiento para Damasco. “Pero son países donde no se puede estar mucho tiempo porque son caros, la mayoría intenta conseguir un visado y salir rápido de ellos”, destaca una joven cristiana que está a punto de hacer las maletas para Líbano y está esperando que la situación se calme en el país vecino tras el coche bomba que el sábado mató al jefe de inteligencia de la Policía, general Wissam Al Hasan.

Si salir del país es complicado, aún son peores los desplazamientos internos. Los que pueden se mueven en avión y la compañía nacional vuela diariamente a Alepo y Latakia y tiene conexiones semanales con Qamishli y  Deir Ezzor, “trayectos que antes se podían hacer por tierra sin problemas, pero que ahora es imposible. Las carreteras se abren y cierran cada día, uno nunca sabe lo que se puede encontrar”, lamentan desde la misma agencia de viajes.