EL CAIRO. Egipto avanza a golpe de Tahrir. La plaza acabó con Hosni Mubarak en febrero de 2011 y este fin de semana ha hecho lo propio con la Junta Electoral. El poder de convocatoria de los Hermanos Musulmanes ha silenciado los rumores y las intrigas sobre el pucherazo a favor del ex primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq. La fiesta de celebración por el triunfo islamista en las urnas se une a la protesta de la hermandad contra los militares. Los de verde oliva han vaciado de poder la figura dle el presidente, pero no pueden hacer lo mismo con la plaza.

Durante la tarde del domingo, a la espera de la rueda de prensa de la comisión electoral, la plaza se vistió con sus mejores galas, las mismas que lució hace 17 meses. Entre la gente se percibía una mezcla de inseguridad y esperanza, entre oraciones, gritos de Dios es grande y sofocos llegó la hora de la verdad y el vencedor fue Tahrir, digo, Mohamed Morsi.

Dos de dos. ¿Qué pasará el día que salga cruz y no ocurra lo que plaza desea? Viendo cómo va la transición de caótica e impredecible, este día podría estar a la vuelta de la esquina. Algunos piensan que los Hermanos Musulmanes darán un paso atrás y dejarán que otros tiren la primera piedra, es la acusación más común hacia el grupo islamista por parte de quienes les tachan de oportunistas. Otros que la hermandad echará el resto por movilizar a sus bases y Tahrir se quedará pequeña. Y un tercer grupo no sabe no contesta, son los revolucionarios desfondados y desencantados con la realidad de un país que en las dos ocasiones que ha podido votar con libertad, ha votado islamismo.

Uno de los problemas de ese tercer choque en Tahrir es que el que estará delante será el Ejército. El hasta ahora ‘garante’ de los logros revolucionarios, la institución que llenó el vacío de poder tras la caída de Mubarak puede poner a sus tanques apuntando esta vez a quienes le abrazaron en febrero de 2011.