A falta de que cumpla su promesa electoral y finalice la construcción del muro en la frontera con México, Donald Trump se ha convertido en el protagonista en otro muro, el que levanta Israel y que para él es un ejemplo a seguir. Los vecinos de Belén han visto cómo en dos noches consecutivas un artista que firma como @LushSux ha realizado en la pared de hormigón de nueve metros de altura dos grandes caricaturas del presidente estadounidense. La primera es una parodia de la imagen ofrecida por Trump en el muro de los lamentos en su reciente visita a Tierra Santa. Tocado con una kipá, el dirigente cierra sus ojos y de su cabeza sale un bocadillo en el que se puede leer “voy a construirte un hermano”.
A la derecha del presidente de EEUU, Leyla Jaled, militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina, sonríe ante el gesto del político estadounidense. Se trata de otra de las pinturas emblemáticas del muro a su paso por esta parte de Belén, regenerada tras la apertura del hotel The Walled Off del artista británico Banksy en marzo, “el hotel con las peores vistas del mundo”, según reza su reclamo publicitario. De zona abandonada y muerta, ha pasado a ser un epicentro del arte urbano y, además del turismo religioso, Belén ahora es parada obligatoria para los amantes del grafiti. Algunos comercios ofrecen incluso botes de pintura y escaleras para que cada uno escriba el mensaje que le venga en gana.
“Pintó solo, con la cara tapada y durante la noche, para el amanecer había terminado el trabajo”, asegura Yamen Elabed, guía y vendedor de todo tipo de recuerdos de Banksy en su tienda vecina al hotel. “Se trata de alguien famoso que, como Banksy, quiere mantener el anonimato. Para nosotros es bueno porque esto atrae a más turistas y ayuda a mostrar al mundo las consecuencias del muro”, apunta Elabed mientras muestra en su móvil las fotos de @LushSux que, según medios australianos, sería natural de Melbourne. El segundo gran Trump de Belén abraza a una de las torres de control del Ejército israelí y de su boca salen corazones rosas “para mostrar su apoyo a este muro y a la política de Israel. Los soldados le grababan mientras pintaba. A ellos les da igual lo que hagamos a este lado, no le molestaron”, asegura Elabed.
El Tribunal Penal Internacional (TPI) declaró en 2004 «ilegal» la construcción de este muro y pidió, junto con la Asamblea General de Naciones Unidas, su desmantelamiento. Pero para Trump es un ejemplo a imitar según se desprende de la conversación mantenida con su homónimo mexicano, Enrique Peña Nieto, a la que tuvo acceso The Washington Post. El inquilino de la Casa Blanca le pidió al dirigente del país vecino que se fijara en Israel ya que “cuenta con un muro y todo el mundo le dijo que no lo construyera porque los muros no funcionan, pero el 99,9 por ciento de la gente que antes pasaba a su territorio, ya no pueden hacerlo”. Ahora las grandes caricaturas de Trump llevan camino de convertirse en iconos del arte protesta contra los muros.