QOM.  “Oh poderoso Alá, te rezo para acelerar el surgimiento de tu última encarnación, el Prometido, ese ser humano puro y perfecto, el que llenará de justicia y paz este mundo”. El presidente Mahmoud Ahmadineyad pronunció estas palabras en Nueva York para concluir su discurso del pasado mes de septiembre en Naciones Unidas. Su primera intervención en un foro internacional terminó con el recuerdo al imán que inspira gran parte de su política. Esta última encarnación, el Prometido, es Mahdi, el duodécimo imán que desapareció cuando era un niño en la ciudad iraquí de Samarra, en el año 941.

Jamkaran es el santuario dedicado a este salvador y se encuentra a cien kilómetros al sur de Teherán, muy próximo a Qom. Hasta aquí se desplazó el presidente en una de sus primeras visitas tras jurar su cargo. En este lugar se vivieron de forma muy especial los atentados de Samarra de la pasada semana porque allí descansaban los restos del padre y abuelo de Mahdi, los imanes Hasan Askari y Hadi. Sin embargo, aquí no hay medidas de seguridad extraordinarias, “no hay nada que temer. Primero fue el debate por la energía nuclear, luego la crisis de las caricaturas y ahora los atentados contra los centros santos. Este tipo de acciones sólo sirven para favorecer al Islam, que pronto verá como su salvador llegará, acompañado de Jesucristo y de un ejército de 313 guerreros, e instaurará el orden y el Islam en todos los países del mundo”, asegura el clérigo Mostafá Hosseini Hoojad, que lleva 37 años destinado en esta mezquita.

Hoojad explica la llegada conjunta de Jesucristo y Mahdi porque “el dios de los cristianos va a cuidar las espaldas de nuestro salvador y pedirá a todos sus fieles que se conviertan al Islam. Será un pacto por la paz”. Reponde con calma mientras atiende también a sus fieles que se acercan hasta su mesa para consultarle sobre próximas ceremonias. ¿Un Islam chií o suní? “Chií, nuestros hermanos suníes, en concreto los bahavís, no creen en la llegada del salvador, pero ya se darán cuenta cuando llegue el momento”, afirma sin dudarlo.

Santuario milagroso
Además de su misión como salvador del mundo a la que hace tantas veces referencia Ahmadineyad, Mahdi también es considerado por muchos fieles del país como un sanador. Jamkaran se ha convertido en un centro de peregrinación, al estilo Lourdes, a donde acuden enfermos, lisiados y personas con todo tipo de problemas para pedir auxilio divino. “Los milagros y apariciones se llevan produciendo sobre todo desde los años setenta y yo he asistido a curaciones de cánceres y de personas paralíticas que salieron de aquí caminando”, explica Hoojad.

En la parte trasera del templo hay también un pozo donde los fieles rezan y escriben sus peticiones en papeles que los lanzan al interior del mismo para que Mahdi les ayude. “Este lugar recuerda al pozo en el que desapareció el imán siendo un niño, en la ciudad de Samarra, pero no utilizará este camino para regresar a la tierra como algunos piensan. La Meca será el punto de partida de su misión”, comenta Hoojad.

La conexión divina que se produce en este lugar ha animado a las autoridades a ampliar la mezquita y modernizar los accesos. Todo esto ha supuesto una fuerte inversión y algunos medios nacionales hablan de 17 millones de dólares de ayuda para desarrollar Jamkaran.

Según la creencia chií, el imán llegará cuando el caos sea absoluto y la situación sea insostenible en el mundo, por lo que algunos iraníes temen que su presidente interprete la escalada de tensión internacional como una señal de la proximidad de su llegada. Sectores reformistas del régimen tampoco comparten la opinión oficial sobre la necesidad de un escenario de tensión máxima para la llegada de Mahdi y prefieren detener la escalada de violencia. Sobre todo en unos días en los que ya se ha iniciado la cuenta atrás para conocer la decisión del OIEA sobre el contencioso nuclear. –