GAZA. Israel “completará su misión en Gaza”, según el primer ministro Benyamin Netanyahu, y eso ya ha supuesto la muerte de más de quinientas palestinos, la mayor parte civiles, y de 27 israelíes, 25 de ellos soldados tras confirmar el Ejército la muerte de otros siete hombres en combate. Con el objetivo de acabar con los túneles y las lanzaderas de cohetes de las milicias palestinas los israelíes no han dudado en arrasar el barrio de Shejaiya, al este de Gaza, o atacar hospitales como el de Al Aqsa, en Deir Al Balah, en la parte central de la Franja. Al menos cinco personas perdieron la vida y más de setenta resultaron heridas, según fuentes palestinas, después de los disparos efectuados por tanques contra la recepción, la unidad de cuidados intensivos y la planta de quirófanos. Una nueva operación “quirúrgica” que precisará explicación por parte del Ejército después de un día en el que los ataques israelíes también acabaron con la vida de 16 personas de la misma familia en un bombardeo en Jan Younis.
La lista de bajas no deja de crecer en esta operación en la que Israel volvió a ver cómo las milicias palestinas se colaron hasta su territorio a través de dos túneles a primera hora de la mañana. Al menos diez milicianos islamistas murieron en combate directo con militares y policías cuando salieron a la superficie en territorio enemigo, según informó el Ejército que eleva a 45 el números de túneles descubiertos y destaca que se trata de pasadizos a “25 metros de profundidad de media y reforzados con cemento”. Fuentes militares también precisaron que de los últimos siete soldados caídos, cuatro se cayeron en combate en suelo israelí. Las fuerzas armadas ni confirmaron, ni desmintieron la información de Hamás sobre la supuesta captura de un soldado. De confirmarse sería un arma importante para que los islamistas lograran en una futura negociación la liberación de cientos de presos, como ya ocurrió con el canje del soldado Gilad Shalit por un millar de reclusos palestinos.
Negociación en marcha
Mientras la violencia crece en la Franja el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajó a El Cairo con la orden clara de Barack Obama de mediar para lograr “un alto el fuego inmediato”. Según aumenta el número de bajas el diálogo parece que comienza a moverse y las autoridades cairotas mostraron su disposición a efectuar ciertas variaciones a la primera oferta de tregua diseñada a medida de Israel, pero en la que nadie contó con Hamás y los islamistas rechazaron, según declararon fuentes próximas a la negociación a la agencia Reuters.
Al igual que hace Israel en público, Hamás se mostró inflexible y Sami Abu Zuhri, portavoz islamista, emitió un comunicado para aclarar que los actuales «esfuerzos internacionales para alcanzar un alto al fuego están dirigidos a sacar de Israel de la difícil situación en la que se encuentra». Según Zuhri “la resistencia armada no cederá a las presiones y dictará sus propias condiciones a través de su superioridad en el terreno», una lista de condiciones previa encabezada por el fin del bloqueo que sufre Gaza desde hace ocho años. Kerry llega con la oferta de resucitar el acuerdo que en 2012 permitió frenar la última operación israelí, pero los islamistas han repetido en los últimos días que no están dispuestos a volver a la misma situación de hace dos semanas y exigen garantías internacionales sobre el compromiso israelí para levantar el bloqueo para detener sus cohetes.
Además de El Cairo, Doha fue el segundo punto de contactos para una solución a la crisis ya que fue la sede del encuentro entre el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, y el líder político de Hamás en el exilio, Jaled Meshal. Los socios de gobierno palestino trataron de consensuar «nuevas medidas para detener la agresión» israelí, «a través de los esfuerzos egipcios y de países hermanos y amigos», manifestó el
portavoz presidencial palestino, Nabil Abu Rudaina.
*Crónica publicada por los diarios de Vocento el 22-07-2014