QALA I NAO. El ministerio de Defensa cambia de estrategia informativa y después de siete años de misión en Afganistán los periodistas tenemos acceso directo y normal al trabajo de las tropas. Lo que hasta ahora se podía hacer con fuerzas de Estados Unidos, Canadá o Reino Unido se puede realizar también con el contingente español desplegado en Herat y Badghis. “Es un primer paso, una primera experiencia”, aseguran los mandos que, como los informadores, están ante una situación novedosa para ellos. Los militares quieren que su trabajo salga a la luz porque “no tenemos nada que ocultar”, repiten una y otra vez y desde Madrid se ha dado luz verde.
Equipo de mentorización en la base afgana. (Foto: Miguel Temprano)
La política de puertas abiertas ha llegado también a la Agencia de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) que hasta ahora tampoco ofrecía detalles de sus actividades en Afganistán. Es el componente civil de una misión rodeada de secretismo y de la que se ha informado hasta ahora a base de visitas oficiales, filtraciones y viajes muy puntuales de algunos informadores para visitas breves.
El modelo que quiere seguir España es el marcado por la OTAN. De hecho ahora hay que rellenar todos los formularios de ISAF para poder tener acceso al empotramiento. Una vez en las bases hay libertad de movimientos y el trabajo se coordina a través del oficial de información (PIO). Ya no hay montajes para la prensa, no se hace nada que esté fuera del guión. Antes de cada operación se pide permiso para incluir a los periodistas y si hay luz verde del mando –la premisa es “seguridad ante todo”- uno pasa a formar parte de la unidad. Si nieva, como ha ocurrido esta semana, y hay que tirarse dos días enteros encerrados entre los muros de cemento, pues se pasan. En resumen, el día a día del trabajo en esta misión hasta ahora desconocida ya está al alcance de la opinión pública gracias a un cambio de política informativa que llega en el momento decisivo del repliegue. En los próximos meses vendrán muchos colegas al terreno y entre todos podremos ir haciendo la fotografía de un trabajo duro y arriesgado, sobre todo en los puestos de combate. Avanzar en la seguridad supone enfrentarse a la insurgencia, una guerra asimétrica a base de artefactos explosivos improvisados y hostigamientos que afecta directamente a las tropas.