DAMASCO. Fateme se casa dentro de una semana y está eligiendo su vestido en ‘Damascus Oriental’ una de las tiendas que venden vestidos de novia en el zoco del Hamidie. Ziad, responsable del comercio, toma las medidas y dice que en 48 horas tendrá listo el modelo ‘Barbie’ que ha elegido la clienta. Pese a la incertidumbre creciente, los ciudadanos de la capital intentan seguir con sus vidas y Ziad asegura que “el ritmo de bodas no ha disminuido”. Los precios van desde los 90 euros hasta los 900 y esta tienda garantiza la confección en dos días. Fateme se prueba el suntuoso modelo sobre su ropa de calle, le acompaña su hermana, que se contrajo matrimonio la semana pasada. “Todo es Made in Syria’, repite Ziad a su clienta que está muy contenta con la elección y no le importan los casi seis kilos que pesa un vestido voluminoso y recargado.

Ziad muestra el modelo ‘Barbie’ elegido por su clienta. (M.A)

Los comercios de la ciudad están bien abastecidos, “pero esperan semanas muy duras, se prepara algo importante en Damasco antes de que comience el proceso de diálogo”, aseguran fuentes que se presentan ante el periodista extranjero como ‘próximas al Ejército Sirio Libre’. A diferencia de lo que ocurría hace un año, cuando uno se podía mover “bajo su propia responsabilidad”, según el ministerio, trabajar de legal en Siria limita ahora el acceso a la oposición armada ya que no se puede salir de esta especie de ‘zona verde’ que es Damasco. Los dos años de revuelta, sin embargo, han quitado muchos tabús de la cabeza de la gente y los opositores internos hablan sin miedo de la necesidad de reemplazar a Bashar Al Assad. “Estoy esperando que uno de los cientos de periodistas que trabajan en el otro lado entrevisten a una persona partidaria del régimen, porque no me creo que en todas esas zonas no haya una sola persona que no añore al menos un poco a Assad. Yo creo que ahora hay más miedo en el otro lado que en este”, señala un funcionario mientras ojea los periódicos del día en los que aparece destacada la noticia de la liberación de los 21 observadores filipinos de la ONU retenidos durante 72 horas por el Ejército Sirio Libre (ESL).

La guerra de propaganda es insoportable en la capital. En un país con 21 millones de personas, según datos de 2011, la ONU asegura que un millón ha salido en busca de refugio a los países vecinos. Además de los refugiados, todo aquel que tiene dinero ha optado por buscar un lugar seguro hasta que se aclare la situación. No hay cifras claras del éxodo total, pero cada día los sirios siguen moviéndose entre las dos sirias, la que controla el régimen y la que está fuera de su control. Nasser Hamo acaba de llegar de Alepo en autobús y habla de una ciudad “en la que el cuarenta por ciento está en manos de los grupos de la oposición, pero en la otra parte la inseguridad es tremenda. Yo creo que el Ejército podría hacer mucho más, pero no le interesa. Quieren mantener viva a la oposición para demostrar a los sirios que allí donde no está Bashar hay peores condiciones de vida y también para seguir justificando el uso de todo su arsenal”.

Cada sirio tiene su propia teoría sobre la situación. El discurso oficial de que “todo es culpa de grupos yihadistas” cobra fuerza con cada comunicado del Frente Al Nusra, próximo a Al Qaeda, que en las últimas horas han anunciado la formación de un Consejo Islámico para gobernar en el este del país. “Es todo propaganda, tienen una aparato mediático enorme y cada noticia sobre ellos es un caramelo para la prensa, pero de verdad que su número dentro de la oposición armada no es para tanto. Es una cuestión dinero, en cuanto las brigadas del ESL reciban los fondos necesarios las barbas comenzarán a caer como ya está ocurriendo en muchas partes. Los combatientes necesitan armas para defenderse y comida y en los últimos meses los únicos que podían suministrar estas cosas eran los del Nusra”, aseguran las fuentes próximas al ESL consultadas en Damasco.

Todos estos líos bélicos no tienen sitio en la cabeza de Fateme. Después del segundo café ya tiene claras sus ideas y se quita el modelo ‘Barbie’ para sentarse junto a su hermana. El restaurante ya está contratado, la música también y los invitados son “cientos”, según esta joven de Damasco que solo piensa en casarse cuanto antes y empezar su nueva vida.